Reciclando a los clásicos. Entrevista con Vera Navarrete

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Vera cada día trabaja construyendo otro “gran poema de nadie”, continuación del que escribió el poeta manchego Dionisio Cañas, con las palabras latinas que cada día trata de reciclar y recuperar como un tesoro comunitario que no deberíamos perder.

Unos 140.000 estudiantes al año estudian grados de Artes y Humanidades mientras que el espacio profesional que les deja la sociedad contemporánea les deja cada día menos y menos espacio.

Vera Navarrete es filóloga clásica. Era lo que quería ser, casi por encima de cualquier otra cosa. Es de Elche y se trasladó con su timidez a Murcia, aunque es posible que se la dejara perdida en alguno de los Talgos que van de una ciudad a otra. Sesenta kilómetros y cincuenta minutos de tren. La infinita distancia mental que recorren muchos estudiantes desde el instituto a la universidad.

Del viaje iniciático que supone para cientos de miles de jóvenes el tránsito de la casa paterna en la educación secundaria a la vida independiente universitaria hemos querido hablar con una experta en Odiseas y guerras de Troya, también en acompañar a Heródoto en sus viajes, de eso queríamos hablar con la Vera Navarrete, filóloga clásica que espera (im)pacientemente un espacio donde poder transmitir todo lo aprendido. Sin entender los errores del pasado no seremos capaces de entender los nuestros que son exponencialmente mayores.

Joseph Beuys afirmaba que la lengua es la primera forma de escultura. La caligrafía es arte y las palabras contienen la esencia de las generaciones precedentes. Vera nos cuenta la importancia del cambio de ciudad para el desarrollo de la personalidad en alguien tan tímido como ella. “Sí hasta el punto de que mucha gente a día de hoy no se puede creer que hace apenas unos 10 años fuese la típica persona tan tímida que no baja a por el pan por miedo a tener que hablar con el panadero. Yo era una persona extremadamente tímida, sin embargo cuando me fuí a estudiar a Murcia, en un entorno completamente nuevo, las circunstancias me forzaron a tener que socializar, a tener que salir de mi burbuja e ir rompiendo cada vez más lo que era quedarte dentro de la zona de confort. Y eso me ha cambiado radicalmente.”

Allí en Murcia, estudió en la Facultad de Letras. “Yo soy graduada en filología clásica, pero ahora mismo, como no he encontrado un trabajo en mi campo, estoy en una planta de tratamiento de residuos, de basurera. Pero, mi objetivo es ahorrar y poder dedicarme a lo que realmente considero que es mi vocación, la enseñanza, y algún día poder estar en un aula enseñando latín y griego. Al griego ya se lo han cargado y al latín… no, porque en la última reforma tuvimos mucho movimiento sobre todo desde la Sociedad Española de Estudios Clásicos, pero también estuvieron a punto de matarla. Estamos a una reforma educativa de que destruyan por completo a las clásicas.”

Hace apenas unos días Antonio Muñoz Molina declaraba que “el gran poema de este siglo solo podrá ser escrito con materiales de desecho”. Es por eso que destinamos a nuestros jóvenes formados en otras disciplinas en este tipo de trabajos. “A partir de la crisis hubo un cierre total de creación de empleo en las clásicas, y estuvimos varios años sin que salieran plazas a oposiciones. Ahora mismo hay menos de las que las que debería, es decir hay más profesores jubilándose que los que entran, no se sacan esas plazas. Supongo que económicamente no interesa”. Así nos narra Vera la situación de muchos jóvenes españoles que han visto bloqueado el acceso a una profesión para la que habían estado preparándose durante mucho tiempo.

Quizá es el momento de preguntarse si no es mejor olvidar el latín y el griego y abrazar una neolengua contemporánea sin raíces clásicas. Vera no parece estar muy de acuerdo, “creo que la cultura clásica tiene muchísimo valor y que es completamente necesaria para entender no solamente la cultura y el arte actual, es que después de todo, venimos de Grecia, pero sobre todo de Roma. Para cualquier persona que quiera dedicarse a algo relacionado con el lenguaje, creo que es esencial conocer por lo menos como mínimo el latín.  Aprendes más sobre tu propia lengua, sobre cómo se organiza.”

“El latín es una herramienta maravillosa a la hora de crear neologismos, puede ocurrir que a lo mejor las ha creado un periodista sin demasiada formación en latín, y acaban haciendo una quimera lingüística que no hay por donde cogerla, y la gente que nos dedicamos a la filología nos echamos las manos a la cabeza, y con razón. Creo que comprender la etimología un poco, la lengua hermana, también nos puede ayudar a entender la connotación de muchas palabras que a veces utilizamos sin intención de hacer daño, que podrían llegar a ser de alguna manera dañinas o perjudiciales”.

Vivimos en un mundo en el que, volviendo a Muñoz Molina, lo que tenemos más a mano es el desecho, puesto que nuestro mundo se basa en la fabricación de basura. Y como realidad nada metafórica estamos condenados como sociedad a buscar ahí también nuestro futuro.

Antes Vera Navarrete tenía otro nombre y la gente creía que era un chico. Pero eso nunca debería ser la parte importante de la historia.

Artículo de José An. Montero y foto de Sergio Rubio para Espacies

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