Érase una vez una isla en mitad de un río. Érase que se era que en esa isla, un día apareció una carpa en la que la gente hacía colas para desaparecer dentro como en el agujero del árbol de Alicia. La gente no eran ni uno ni dos. La gente eran ciento treinta. Ni uno más ni uno menos.

El río es el Pisuerga, la isla es la de San Roque, el lugar es Aguilar de Campoo y el “hay” temporal es el Festival de Artes de Calle de Aguilar de Campoo. Repito. Lugar mágico de teatro de calle, danza y circo. Una caravana que parece llegada de tiempos de comediantes nómadas. Titiriteros que habitaban los márgenes y las riberas de los ríos, incluso cuando vuelven a donde nacieron, como es el caso.
Jean Philippe Kikolas, el payaso que habita esta carpa, nació aquí, en Aguilar, pero antes de convertirse en nómada se llamaba Quique Méndez. Kikolas recibe a “las ciento treinta gentes” desde la pista de madera en la semipenumbra con su estampa entre quijotesca y aparecida. A veces con el pelo blanco, a veces no. Juega con los restos óseos de la última función. Comediante eterno Sísifo.

En esta pista circular, rodeado por ciento treinta gentes, tendrá lugar la sádica batalla de cada noche, en la que un nuevo Fran de Benito quedará reducido de nuevo a restos óseos. Sísifo y Fénix en constante duelo sádico de cuchillos, mandobles y persecuciones agónicas. Negro espejo de la realidad, donde siempre hay un vencedor y un vencido.
Payaso sádico, humor negro, cuchillos que vuelan entre el público, aspa de madera gigante que coreografía todas las muertes posibles. Empalamiento, lapidamiento, inmersión, crucifixión, desuello, descuartizamiento. Todas son dignas de admiración, como diría el maestro Krahe y con todas “juega” Kikolas.

Un ejercicio escénico que lejos de ser inocuo, habla de la propia supervivencia en un mundo donde la gacela no siempre sobrevive al león. ¿Humor negro? Vida negra, repleta de violencias cotidianas. Kikolas hace reír con su juego de equilibrios con huesos, mientras el caballero agoniza y se revuelca en su tumba. Reímos mientras lo persigue lanzando cuchillos a su espalda. Reímos mientra le da golpes en la cabeza. Reímos con risa de hienas y se queda la risa helada cuando regresamos a la consciencia.
Más allá del valor estético de ‘Duelo’, más allá de las artes y técnicas circenses que despliega Kikolas. Más allá de los cuchillos, el trapecio, los equilibrios, los malabares. Más allá de la belleza estética del payaso vestido de blanco, espectro en un mundo en sombras y de calor asfixiante. Más allá de las habilidades de Quique Méndez y el dramatismo exagerado de Fran de Benito, creador además del vestuario. Más allá de todo eso, ‘Duelo’ tiene la capacidad de sumergir al público en un cuento cenagoso y turbio del que todos salimos manchados de risa negra.

El espectáculo ‘Duelo’ de Jean Philippe Kikolas formó parte del programa oficial de la XXIX edición de ARCA, en Aguilar de Campoo (Palencia) entre los días 17 y 20 de agosto de 2023. Texto de José An. Montero con fotografías de Gerardo Sanz, cedidas por el festival.