
Se llama Guti, dice venir de Zamora y anda acompañado por esos caminos de un tal Félix Albo. Uno habla desde Poniente y el otro desde Levante. Hablan el mismo idioma, pero parecen usar dos lenguas distintas. Félix, primo de Moisés Ramón, se lo dice él todo con precisión, incisión y medicación, para eso es uno de los grandes narradores orales.
Hoy queríamos pararnos algo más en José Luis Gutiérrez, Guti, contador de historias viejas y posadas, pulidas de contarse una y otra vez en la lumbre. Contador de historias que se van haciendo más y más largas cuanto más se alejan en el tiempo, porque cada vez necesitan más explicaciones. Guti trae al escenario un libro y una silla. Historias que se contaban sentadas antes de que el «comunismo se metiera en los pueblos» y los dejara vacíos.
Hubo un tiempo en que nos dió por reírnos del paleto que llegaba a la ciudad hasta que nos supuraron las heridas por dentro y caímos en la cuenta de lo imprescindible que es la boina, aunque sea imaginaria. Menos mal que algunos se dieron cuenta un poco antes y salieron a los caminos buscando palabras, historias y tonadas.
En las palabras se van quedando las huellas de la gente y la cultura rural que hemos perdido a marchas forzadas. Tiempos de perras chicas y de sudar mucho para comer poco. Guti cuenta las historias como las oyó, como si durante un rato fuera poseído por el espírituo de Anita Morán o de la tía Beatriz, a las que les molestan los aplausos, que son cosas de tienda de chinos. Simplemente la gente se juntaba y el que tenía más gracia entretenía a los demás. Se reía, se bebía y se cantaba. Se comía pan recio y se confesaba mucho, aunque se pecara poco. Tiempos de seminadores de curas, de doctrina, religión, latín y sentido común.

Nos fascina descubrir la palabra exacta para cada cosa, como si abriésemos un arcón de tesoros y ante nosotros se desplegase un mundo mágico que hoy nos es casi desconocido, donde cada cosa pasaba un día exacto y el agua debía ponerse a punto de sol para hacer buen pan.
Una silla y viejas historias que contar. Y estando en estas razones y descubierto el código, con las mismas historias de alubias y flatulencias, de infidelidades y de picardías, de higos y de taponeras, nos hinchamos a reír. Lo cuento como lo oí, sin maldad.
Y no sé más.
Félix Albo y Guti presentaron su espectáculo conjunto «De Levante a Poniente» dentro de la programación Veranos en Cuenca, el día 30 de julio de 2018 en la Plaza de la Merced.
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[…] Este artículo se publicó el 31 de julio de 2018 en Espacies […]
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