
El pasado jueves 28 de febrero, día de Andalucía, disfruté de una visita guiada nocturna por el interior de la catedral de Santa María y San Julián de Cuenca.
Llegué temprano, por lo que me prestaron los auriculares y pude observar la inmensidad de dicha construcción de una manera más íntima y personal. A la hora acordada, nos reunimos en el coro y esperamos a nuestro guía: Gustavo Villaba.
Durante la hora y cuarto que duró el paseo guiado, Gustavo nos fue hablando de las maravillas que esconde la catedral, así como de sus capillas. Cada una de las explicaciones estuvo acompañada de una dulce e intensa melodía tocada por Carlos Arturo Guerra, organista de la catedral. Fue pasando por los tres órganos y el armonio que se reparten por el edificio y amenizó, así, las narraciones. La manera en la que Gustavo nos contaba cada narración era como si el narrador fuera, realmente, la catedral, lo que hizo que la experiencia fuera más cercana.
Al terminar la visita guiada, nos invitaron a probar el dulce típico de Cuenca, el alajú, y un pequeño vaso del licor típico de Cuenca, el resolí. Ambos manjares estaban muy dulces y deliciosos.
Fue una experiencia realmente bonita. No había podido ir a visitar la catedral en otro momento y pude asistir a este paseo guiado gracias a un concurso que hicieron en la cuenta de Instagram de la catedral. Volvería, sin duda, a pasearme por sus naves, admirando su belleza.
También puedes leer en Especies de Espacies el artículo Noche en la Catedral de Cuenca en la que hablamos del primer día de visitas nocturnas.