
Tuve que esperar hasta el segundo bis de mi segunda actuación de Neønymus para ubicar en mis coordenadas culturales este proyecto de Silberius de Ura construido sobre fragmentos vocales repetidos con loop station e inspirados en una antigüedad más o menos imaginada. No es habitual que un trabajo grabado en 2013 siga interpretándose en directo ocho años después, más o menos con el mismo tracklist como lleva haciendo Silverius durante más de seiscientos conciertos según informa en su web.
El primer concierto en el Teatro La Ermita de Valdunquillos, dentro del FetalT, fue compartido con Blanca Altable en una velada muy especial por el regreso de las actuaciones a este espacio escénico irrepetible construido por Andrés Fernández Pellitero y regentado por su Asociación Cultural. El espacio, el momento y la compañía de Blanca ahondaron en la percepción más espiritual y profunda de la propuesta de Neønymus, aunque siempre con un punto de desconcierto de no saber muy bien qué estás viendo, pues la propuesta de Silberius es sobre todo desconcertante, pues te remite a un pasado remoto probablemente inexistente a través fundamentalmente de la voz, con aportes de instrumentos ancestrales, pero siempre mediada electrónicamente a través de distorsiones, modificaciones tonales y loops construyendo una suerte de Prehistoria Electrificada. Sobre el concierto de Valdunquillos no pude escribir nada, pues de tan intenso y distinto, las palabras no acaban de fluir.

Segundo intento en La Olmeda, dentro de lo han dado en llamar ArqueoMúsica o Música a la Romana. Allí tenía dos actuaciones previstas bajo los títulos de «En tiempos antiguos – Antiquis temporibus» y «Concierto para cornonautas – Viajeros del tiempo», que por los aspavientos de alguna asistente a las dos jornadas, debieron ser lo mismo con dos nombres distintos.

Fuera del ambiente de Valdunquillos, en un espacio tan imponente como la Villa Romana de la Olmeda, en un escenario que empequeñece al artista, aún fue mayor el desconcierto ante el proyecto de Neønymus, que por momentos te sumerge en el juego de imaginar pasados y, en otros, te da la impresión de estar tomándote el pelo descaradamente. Quizá el cansancio del intérprete con dos días seguidos en el mismo espacio, quizá los comentarios de queja constante de la señora que desconcentraban y mostraban las costuras, quizá una propuesta tan poco academicista en un yacimiento arqueológico, algunos interludios más hacia lo cómico que hacia lo místico o quizá una cierta incomodidad del intérprete que evitaba mirar hacia donde le venían las quejas manifiestas hizo que por momentos la propuesta pareciera completamente distinta.

Pero en este todo revuelto de visigodos, vírgenes suecas, neandertales o jazz a la fuerza ahorcan, y antes del segundo bis, Silberius de Ura, se dirigió al público para contar cómo un día regresando de Burgos a Covarrubias, decidió cambiar su estudio de diseño para centrarse en la música, su gran pasión vital. Crear un proyecto personal en el que “crear música nueva que evoque cosas antiguas con un árbol seco o con huesos de vaca”. Entonces soñó con subir al escenario y hacer que aflorasen los sentimientos, vestirse con falda, recorrer el mundo, habitar en una ancianidad prematura y caminar un sendero propio. Entonces terminó el concierto con ‘Mati Eri Marne’, la primera canción que escribió para el proyecto ‘Ø’ bajo el nombre de Neønymus. Todo cobró cierto sentido y dejé de hacer preguntas que tampoco tenían ninguna importancia. “Lo mío es pura fantasía, no hago una recreación historicista”, había dicho al principio y no lo habíamos escuchado. Algo conectaba.
Neønymus actuó junto con Blanca Altable en el Teatro La Ermita de Valdunquillos el 8 de agosto de 2021 dentro de la programación del Festival de Teatro Alternativo de Urones de Castroponce. La segunda actuación referida tuvo lugar el 15 de agosto de 2021 en el interior de la Villa Romana de La Olmeda.
Texto de José An. Montero y fotos de María Ramos.