Lorenzo Rodríguez: “Un niño, un profesor y una pluma pueden cambiar el mundo”

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Actividades realizadas en el instituto de Lorenzo Rodríguez

Lorenzo Rodríguez es biólogo y apasionado de la naturaleza, trae una propuesta abierta y transversal, en el ámbito educativo, de la mano de la editorial Lóguez, el libro “Encuentro con la Sostenibilidad”, un libro que parte de la inquietud de generar prácticas pro desarrollo sostenible, trabajando en tutorías con chicos y chicas de 12-14 años. Junto con otras iniciativas llevadas a cabo en el instituto del que es director en un pueblo de Ávila, en la Sierra de Gredos, como un huerto escolar ecológico y una serie de planes de limpieza,  para la reflexión y cuidado del entorno.

“La sostenibilidad es una necesidad que ha surgido de cara a la crisis ambiental por el mal uso que se ha hecho de los recursos. No podemos comprometer a las generaciones futuras, tampoco desde el punto de vista social y económico”, explica Lorenzo Rodríguez. Se establecieron 8 retos del milenio con metas tan básicas como erradicar la pobreza, dando respuestas a las necesidades del planeta. Se vio que no eran suficientes, 15 años después se desarrollaron, en 2015, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Estos son una respuesta a la necesidad real de supervivencia. Lorenzo Rodríguez  expone que “el desarrollo sostenible es la única opción, tenemos unos recursos que son los mismos, y la población no deja de aumentar, altas tasas de extinción de la biodiversidad de la que dependemos, emitimos toneladas de CO2 al año a la atmósfera por el modelo de combustibles fósiles no renovables que se están agotando como el petróleo y el gas o carbono, que durará un poco más pero que se acabara”. Junto con los altos consumos de agua. Los problemas de cambio climático o la subida de temperatura media anual. 

Ante este contexto, como profesor, ha aprendido a convivir con la naturaleza de una forma más respetuosa, aprender a crecer no a costa de otros ni destruyendo. Lo resume en que “un niño, un profesor y una pluma pueden cambiar el mundo”. La educación puede cambiar el mundo, es el motor.

Las herramientas para generar este cambio del mundo, son el entorno, en su caso están en la provincia de Ávila, al sur de la Sierra de Gredos, muy cerca de Castilla-La Mancha y Extremadura, “esas son las vistas del patio, un entorno natural protegido, que no se conoce y no se cuida lo suficiente”, dice Lorenzo Rodríguez. Su proyecto educativo detectó necesidades como la falta de motivación por la falta de conocimiento de la necesidad de proteger el entorno. Por ello, decidieron mejorar las prácticas del centro. Motivarlos para que repercuta en sus resultados, también académicos.

Actividades realizadas en el instituto de Lorenzo Rodríguez

Pasaron de tratar las acciones por la sostenibilidad del planeta en tutorías a muchas asignaturas porque las materias son transversales. “Es necesario crear conciencia, la basura que todos generamos, ellos lo tienen ya asimilado, y ponerlo en contexto. Para la reflexión les pedimos que preguntaran a sus padres y abuelos y contaran sus bolsas de basura e hicieran una comparación, observar al hacer la compra del hiper envasado de los alimentos y aparatos, todo lleno de plástico”, desarrolla Lorenzo, son algunas de las fórmulas que han utilizado en su proceso de enseñanza. 

Así, han aprendido cómo la huella ecológica trata de medir el impacto que nuestro modo de vida tiene sobre el entorno. Todas las decisiones que como consumidores tomamos en nuestra vida cotidiana tienen un impacto sobre el planeta. “Siendo la tierra un planeta con recursos finitos, hay países que consumen muchos más recursos de los que les corresponden por territorio, en España la media de consumo es de 2,5 países, estamos consumiendo dos veces más de lo que podríamos, gastando recursos que se los quitamos a otras partes del mundo. Este concepto ayuda a crear conciencia del problema real”, es otra de las partes del problema que enseña Lorenzo Rodríguez.

Limpian entornos naturales, hacen talleres, recogen los residuos del pantano de su localidad, lo difunden en redes sociales, trabajan los 17 ODS,  la vida de ecosistemas, por el agua limpia, el cálculo de huella hídrica y a pie de campo con la gente de la localidad tratan misiones concretas para promocionar la biodiversidad. Estas son sus pequeñas acciones que suman al cambio.

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