
Cuando el recientemente fallecido Forges estaba empezando, pidió un consejo a los veteranos del oficio y le dijeron que lo único importante es que cuando alguien viera alguno de sus dibujos inmediatamente supieran que era suyo. A esto hay quien lo llama estilo y muchos artistas vagan eternamente buscándolo. La mayoría no lo encuentran nunca. Otros tienen ese algo indefinible e indescriptible que hace que sean reconocibles tras la obra, sea ésta un poema, una escultura, una pintura o una cerámica. Otros lo llaman personalidad. Sea personalidad o estilo, cuando vemos una obra de Estela Miguel, no nos hace falta saber quien lo firma. Tenemos la certeza que es una obra suya, porque Estela Miguel es una de las artistas jóvenes más personales e interesantes del arte que está llegando.
Estela Miguel es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha y especializada en Cerámica en la Universidad de Bilbao. Traspasó fronteras en 2014 para adentrarse en la más profunda América Latina, concretamente en Brasil. Lleva participando en exposiciones colectivas desde el año 2011 y llevando a cabo las suyas propias desde 2014. Una artista de los pies a la cabeza que ha conseguido títulos y premios como Mujer&Arte de la Junta General de Castilla-La Mancha en la modalidad de Instalación o el Certamen de Artes Plásticas en Fernando Zóbel. Sus exposiciones han cortado los límites hasta llegar a Essaouira, Marruecos y ahora, Estela Miguel, les ha dibujado un par de alas hasta llegar a Radio Cultura para hablarnos del arte y de su nueva exposición ‘Poner la mesa’, que podrá verse hasta el 31 de marzo en Lamosa Cuenca.
‘Poner la mesa’ no es una obra totalmente individual sino que forma parte de un proyecto más ambicioso, llamado ‘Colador’, un manifiesto de dudas y orificios que habla de la relación entre el cuerpo y la conducta que realizamos día a día, esas que hacemos inconscientemente desde la infancia sin parar a pensar que están dedicadas a unos roles específicos. Esta exposición, montada explícitamente para LAMOSA, cuenta con piezas diferentes a exposiciones realizadas anteriormente. “En otras ocasiones los montajes de ‘Poner la mesa’ han sido muy diferentes a los de ahora. Me aburre muy pronto que las cosas siempre permanezcan en el mismo sitio. Me gusta poder adaptarme al espacio dependiendo donde exponga. Las piezas pueden tener diferentes lecturas según se miren” explica la artista.

En su página web (http://www.estelamiguel.com/) comenta que se ha dejado seducir por los objetos del entorno doméstico, esos que invitan a hablar del contexto, de las relaciones, del tiempo y del espacio que habitamos y nos transforma. En su último cartel, Estela Miguel juega con materiales como el granito, la esponja o la cerámica. Ella misma nos cuenta que desde el año pasado ha empezado a introducir más materiales en sus obras, sobre todo telas, porque desde muy pequeña ha sido una aficionado de la costura y la ha introducido en las obras para representar que “las telas también están arraigadas a un género determinado”. No obstante, no ha dudado en incluir estos materiales para establecer un contraste entre lo duro y lo blando, entre lo perdurable y lo caduco.
Estela ha compartido con nosotros su paso por la Facultad de Bellas Artes y nos ha contado que su mochila va llena de recuerdos del día a día en clase. “Esta facultad da la oportunidad de investigar cual es el camino y estilo de cada uno de los estudiantes que pasan por allí” explica. Sus primeras piezas las realizó con papel maché, pero su estancia en la Universidad de Brasil le hizo adentrarse en el amplio mundo de la cerámica. El proceso de creación le atrapó al ser muy lento y tener que ser constante en el tiempo para construir una pieza. En América tuvo la oportunidad de convivir con artistas muy diferentes de los que podemos encontrar en España. Estela señala que, gracias a esa etapa, pudo “contarminarse” de muchos artistas, puesto que compartir espacio con ellos hace inevitable “nutrirse de vínculos y referencias”.
Estela considera que, en ocasiones, el arte de los pueblos se queda en segundo plano y no ve la luz por cuestiones ya sean económicas o de difusión. “Si no nos vamos fuera no puedes conseguir ninguna exposición y te tienes que dedicar a otros trabajos. Esto no debería ser así, porque los pueblos ofrecen oportunidades casi mejor que las ciudades y te permiten trabajar a otro ritmo”.
En sus próximos proyectos, ha confesado que se alejará un poco de los trabajos pictóricos a los que estábamos acostumbrados y se moverá en el terreno de la Instalación o de la Escultura. Considera que estos campos tienen una “mayor relación con el cuerpo y es el espacio donde se junta todo, el color, la forma, el peso o el volumen”. No importa realmente a lo que te dediques, ni en qué técnica o función te centres, la cualidad más importante de un artista, para ella, es ser persistente en lo que hace, “volver y volver a lo que está haciendo una y otra vez”. Solo así se conseguirá una esencia propia y la autenticidad del trabajo único.
Texto de Jennifer Bernal. Fotografía de Carolina Hernando