
El pasado sábado la catedral de Cuenca celebraba un año más el día de la catedral, acompañado con un intenso programa de actividades. La celebración de este día nace de la necesidad de acercar aún más el patrimonio y la cultura de la ciudad a los conquenses. Por ello, las personas que pudimos asistir a todas las actividades propuestas tuvimos la suerte de hacerlo mientras podíamos contemplar la majestuosidad del templo que nos resguardada del frío y lluvioso temporal.
Comenzaba este día tan especial con la presentación del libro La música en la catedral de Cuenca hasta el reinado de Carlos II de la mano del Dr. José Luis de la Fuente Charfolé, Profesor Titular de Música en la Universidad de Castilla La Mancha y Secretario del Centro de Investigación y Documentación Musical. Durante una hora, de la Fuente hizo un interesante recorrido por nuestra historia moderna, situando como eje central la música que se componía en la catedral durante los distintos reinados de la casa de los Austrias. Aunque la mayoría de partituras que se tocaban en aquella época eran con motivos religiosos (eucaristía, festividades religiosas…), la música en la catedral no era estrictamente religiosa, puesto que muchas de las piezas eran interpretadas en honor al correspondiente rey.

Seguidamente, la Dra. Gema Palomo, Profesora titular en el Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, desarrolló su gran estudio sobre el peculiar cimborrio de la catedral: Un hito arquitectónico singular. La torre del Ángel de la catedral de Cuenca. Gracias a su laborioso trabajo, los asistentes tuvimos la oportunidad de conocer la respuesta a los grandes enigmas que rodean a la Torre del Ángel, pero que muchos de ellos aún desconciertan a los expertos, como la cronología exacta en la que se divide su edificación o los cuantiosos daños que ha ido sufriendo a través de los siglos. El por qué se la llama la Torre del Ángel se debe a la veleta en forma de ángel situada en el tejado la cual ya no existe, pero se tiene constancia de su existencia. Al mismo tiempo, Palomo mostró muchos otros cimborrios de distintas catedrales de la península (León, Salamanca, Girona, Huesca…) dejando constancia de que el cimborrio de la catedral de Cuenca es único en su construcción, así como en su decoración interior, destacando los motivos vegetales y animales esculpidos a conciencia. Ambas conferencias se llevaron a cabo en la Sala Capitular, un espacio lleno de belleza en el que la vista se desvía inconscientemente hacia el espectacular artesonado de madera policromada que corona la sala.
A media tarde, la catedral se llenó de magia con el espectáculo del mago Albert en el recogido claustro, realizando trucos increíbles y con esencia cultural. Todos esos trucos pretendían entretener y a su vez, hacer que los niños (y los padres) que asistieron se interesen un poco más por el arte y el patrimonio tan único y bello que está presente en la ciudad de Cuenca.
La actividad que venía a continuación era exclusiva para una decena de afortunados, los ganadores de un sorteo realizado vía redes sociales, cuyo premio era poder contemplar el atardecer conquense desde lo alto de la citada Torre del Ángel. Esta actividad se realizó simultáneamente desde las catedrales de Astorga, Ávila, Cáceres, Cádiz, Guadix, Madrid, Málaga, Orense y Segovia. Una oportunidad de la que sin duda no podrán olvidarse ninguno de los participantes, entre los que afortunadamente me incluyo. Un maravilloso atardecer otoñal sobre la ciudad de Cuenca que, desde lo alto de la catedral, se convierte en un escenario más bello aún si cabe.

Para finalizar tan intensa jornada, tuvo lugar un magnífico concierto a dos órganos llevado a cabo por Cécile Mansuy y Francesco Saverio Pedrini, gracias a la IX Academia de Órgano ‘Julián de la Orden’. Importantes compositores como Barbieri, Merulo, Morelli, Gabrielli y Frescobaldi fueron interpretados en los grandes instrumentos barrocos que posee la catedral. Tras una hora cargada de armonía y deleite musical, se ponía fin al día de la catedral, esperando que el año que viene esté repleto de nuevas e interesantes actividades y se celebre con la misma acogida y entusiasmo.