Era 28 de diciembre de 1985, cuando en el salón Indio del Gran Café Boulevard (París, Francia), los hermanos Lumiére presentaron la primera sucesión de imágenes en movimiento delante de un público. Este hecho supuso todo un acontecimiento, pues los escasos asistentes quedaron impresionados, nunca nadie antes había conseguido proyectar tal representación gráfica hasta la fecha indicada. Es así como nace lo que hoy conocemos como actual cine.
El mundo cinematográfico siempre mantuvo estrecha relación con el mundo de la escritura, es evidente que toda buena película viene precedida de un gran guion. Este vínculo fue establecido por los hermanos Méliés allá por el año dos del pasado siglo. Influenciados por las novelas tituladas De la tierra a la Luna y Los primeros hombres en la Luna, escritas por Julio Verne y Herbet George Wells, crearon el primer texto que luego sería convertido en formato visual. Viaje a la Luna fue el principio de un largo camino, supuso el paso del papel a la pantalla. Una tendencia que comenzó en 1902 y se mantiene vigente en la actualidad.
Desde entonces muchas han sido las novelas que pasado el tiempo tuvieron su reconversión en versión fílmica, la joven literaria e integrante de La Librería del Tiempo, Ruth Cañamares, trató el asunto en su correctísima intervención citando algunos de los grandes clásicos. No se olvidó de obras tradicionales como Mujercitas y La vuelta al mundo en 80 días, tampoco faltaron sagas de la talla de Harry Potter y el Señor de los Anillos. La “magia” apareció al citar a El Mago de Oz y el toque dulce llegó a través de Charly y la Fábrica de Chocolate. El Padrino, La Historia Interminable, El Truco Final…, fueron otros ejemplos de su acertada lista.
Muchas veces la película no coincide de forma exacta con lo publicado en los libros, por eso Ruth siempre recomienda leer antes de ver. Os dejamos con su sección.
Minutos 13:47 a 14:40
