Silvia Reguera y Lucía López presentaron su cuarta propuesta coreográfica ‘Me lleva la corriente’ en la 26 Feria de Teatro de Castilla y León en Ciudad Rodrigo.

Vivimos en el año ‘Diacrónico’ en el que Eliseo Parra anuncia su adiós y aún así lo vivimos con algazara, ese “ruido producido por voces alegres y festivas” que define la Académia. Porque como también dejó escrito Delibes, en los pueblos, uno no se marcha nunca, “el pueblo permanece y algo queda de uno agarrado a los cuetos, los chopos y los rastrojos”. 

Lo sembrado por un puñado de titánicos Eliseos ha ido arraigando, “la Pimpollada” fue cogiendo fuerza y arraigando. A los escenarios comienzan a llegar las propuestas artísticas de nietas y nietos de aquella generación, que ya no beben de la fuente de informantes originales, sino de los “escuchaviejas” que recorrieron pueblos y aldeas tratando de salvar lo más posible. La cultura tradicional asumida con naturalidad como manantial fecundo en el que beber, en el que inspirarse, del que partir para construir una propuesta escénica propia, cada vez más rica, cada vez más variada e interesante. 

En este contexto llega la cuarta propuesta escénica del colectivo Algazara, compuesto por Lucía López y Silvia Reguera, bajo el título ‘Me lleva la corriente’, presentado recientemente en la 26 Feria de Teatro de Castilla y León en Ciudad Rodrigo, resultado de la residencia coreográfica en Anden 47, Aaron Vivancos Talent Center y Centro coreográfico María Pagés dentro de Proyecto Ballena. 

La propuesta de Algazara evocan los versos del poeta Joxean Artzek, “De la vieja fuente / yo bebo, / bebo el agua nueva, / el agua que siempre es nueva, / de la fuente que siempre es vieja”. Y eso es Algazara sobre el escenario, un agua nueva, fresca, alegre y festiva.

La voz risueña de Lucía López convierte sus cantares recogidos de la tradición oral en agua fresca recién salida de la fuente, en palabras dichas por primera vez, en la alegría festiva del descubrimiento, de la primera vez. La danza de Silvia Reguera fluye como si fuera improvisada alrededor de la voz y la pandereta, con el eco aún de este patio del colegio de las Misioneras de la Providencia-Santa Teresa que les sirvió de marco escénico en Ciudad Rodrigo. 

Tras la intensidad de la propuesta de ‘Migas con J’ de Álvaro Murillo y Libertad Pozo, que les precedieron en el escenario de la Feria de Teatro, Silvia Reguera y Lucía López sembraron la sonrisa y la placidez del atardecer fresquito que se había quedado. Ese gusto que da ponerse la primera chaquetilla después de tantas olas de calor veraniegas. Contagiando de algazara al público, el patio de butacas se vistió de sonrisas mientras las viejas melodías volvian a transformarse en agua fresca que lleva la corriente.

Texto de José An. Montero con fotos de María Ramos para www.lacircular.es

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