
Revisito por enésima vez la exposición «La Caza: un desafío para la evolución», de la que ya escribí en un artículo para Mundiario. Algo de atávico, de fuerza interior o de atracción irracional me produce esta exposición que podría visitar una y otra vez para volver a estremecerme ante la realidad de un ser humano que tuvo que enfrentarse con un dientes de sable, disputar la comida a los lobos o compartir cobijo con osos. También hay algo de recuerdo de los que se fueron, no sólo de Patxi.
Al finalizar la exposición, un panel deja testimonio de su marcha, con los ojos escondidos tras el sombrero. La culata de la escopeta asomando tras la capa de lluvia. Una frase acompaña a la bellísima ilustración de la que ahora no recuerdo el autor, «La caza es una actividad que enorgullece a quien la practica con mesura, ética y respeto por el paisaje, las poblaciones salvajes y las leyes. Quien practica la caza racional en suma. Y no otra.» (La Caza Racional/Patxi Andión)