
Después de releer este verano por tercera vez Lacrónica, de Martín Caparrós, la sección de lecturas periódisticas andaba buscando lectura hasta que ha caído en mis manos «Escritos de jazz» de Boris Vian. Me han venido al pelo, pues ando haciendo y deshaciendo borradores sobre una texto alrededor del concierto de Chick Corea en el Festival de San Javier y temía meterme en aguas turbulentas hablando, aunque fuera de pasada, de jazz.
Este libro reúne las crónicas que escribió Vian en revistas especializadas en los años cincuenta y con su prosa provocadora de siempre he subrayado algunas citas que quiero compartir y que usaré más de una vez:
«Uno puede convertirse en crítico de jazz:
a) por azar (…)
m) porque a todo el mundo le importa un c… el jazz, así que se puede escribir sobre jazz sin consecuencias. (…)
v) porque no hay ninguna razón para que cualquier sea crítico de jazz.» (Página 09)
«Las diversas escuelas críticas, todas ellas basadas en el mismo principio general anunciado un poco más arriba, se diferencian a partir del momento en el que surge la duda. En tal caso, he aquí lo que sucede: (…)
5º Se inventan historias de sexagésimo noveno disminuido con retropedaleo en línea recta. Método André Hodeir, peligroso pero brillante.
6º Se habla de otra cosa. Ese es mi método.» (Página 12)
«Observad, de paso, que se puede hacer que un músico diga lo que uno quiera. Basta con saber entrevistarlo.» (Página 22)