De las microcensuras cotidianas

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Ayer se publicó el nuevo disco de Fizzy Soup y podrán anunciarlo donde quieran. Esto que no debería ser ninguna noticia, lo fue. Y lo fue porque algún algoritmo mal enseñado o alguna mente humana mal educada consideró que su portada contenía imágenes peligrosas para nuestros cerebros. Siempre dan algo de miedito los guardianes de la moral.

Afortunadamente en esta ocasión los medios de comunicación, empujados por la indignación ciudadana, hicieron bandera de esta causa y los comapñeros de Espacies y Las Noticias de Cuenca primero, de Diario CLM y de El Diario después, consiguieron que Facebook reconsiderara su postura y permitieran la promoción del disco «Lo que no se ve».

Lo grave del asunto es ser conscientes de que hemos dejado en manos de una entidad privada la potestad de vetar lo que decimos u opinamos. En esta ocasión estaban allí los medios para denunciarlo pero, desafortunadamente, las microcensuras son cotidianas.

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