
Antonio Galán, natural de Ciudad Real, es licenciado en Filosofía en la Universidad de Salamanca. Desde el año 2005 es el encargado del Área de Bibliotecas de la Universidad de Castilla-La Mancha y, en todo este tiempo, ha escrito alrededor de 14 novelas, cuentos y estudios manchegos y ha recibido numerosos premios por ello. También es experto en temas de plagio, por ello se ofrecen cursos en la biblioteca sobre Alfabetización Informacional, en los que se presenta una introducción a la propiedad intelectual por derechos de autor. Galán cuenta que “se enseña a los alumnos desde los cursos más básicos a citar adecuadamente y evitar de esa forma utilizaciones ilegales de recursos que no son propios y así poder evitar el plagio”.
Los principales errores que cometen los estudiantes a la hora de realizar trabajos universitarios, según Galán, “son muchos”, pero el mayor de ellos es “fiarse de las cosas que se encuentran en Internet sin mayor criterio”, por lo que es muy importante encontrar fuentes fiables para la realización de trabajos. Comenta que “cualquier cosa que se necesita, la mayoría de la gente lo busca en Google, la da por buena y la copia”. Pero, ¿hasta qué punto es grave el plagio en investigaciones y trabajos universitarios? Para Galán hay dos puntos clave: el derecho de respetar los escritos del autor de la obra y la falta de trabajo por parte del alumnado o investigador al copiar algo que no le pertenece.
La diferencia entre el Copyright y Creative Commons es que el primero es un término genérico que hace referencia a todos los derechos de autor, mientras que los segundos son un grupo de licencias que admiten varias combinaciones con la que el propio autor, sin necesidad de renunciar a su copyright, pone libremente a disposición de todo el mundo su obra. “La combinación de estas licencias establece qué se puede hacer con esta obra, es decir, si solo se puede consultar o si además se puede utilizar para otras obras o para usos comerciales” explica.
Según la ley, el autor de la obra cuenta con derechos por el mero hecho, simplemente, de haber realizado la obra. No obstante, en el caso de querer que los trabajos que se realizan queden recogidos bajo estas licencias, lo recomendable es hacer un registro en la Propiedad Intelectual, lo que te da una certificación de que ese texto es propio y que nadie lo ha registrado antes que tú. “El problema reside en que comprobar si eres o no el autor cuando te enfrentas a un problema de plagio” explica.
Aunque la Biblioteca de la Universidad de Castilla-La Mancha va avanzando, no estás institucionalizada aún. “Lo que ahora mismo tenemos es fundamentalmente el repositorio institucional, donde se publican en abierto todos los resultados de investigación de la universidad, las tesis doctorales y muchos Trabajos de Fin de Grado y Máster” explica Galán. Por su parte, explicó el complejo mundo de los libros electrónicos, ya que no es fácil acceder a través de la web pues dependen de las políticas editoriales. La biblioteca de la universidad actualmente ofrece más de 500.000 de títulos electrónicos. “En todos los casos hay que identificarse como miembro de la comunidad universitaria, pero en algunos casos son libros en streaming que desde la misma página del distribuidor se pueden leer. Luego hay otros que permiten la descarga en ebook para su lectura. Esto se realiza a través de una aplicación donde vamos nosotros cargando los libros que vamos adquiriendo, por la que el usuario puede tener en su terminal descargado un libro por un periodo de tiempo, igual que si fuera un préstamo”.
Así, la biblioteca dispone de recursos que los estudiantes no saben que pueden utilizar y de libros que, a pesar de no estar en las estanterías, pueden ser prestados. “En la actualidad hay cerca de 30.000 títulos de revista electrónicas. Lo que ocurre es que a veces no resultan de utilidad para algunos estudiantes en sus primeras partes de estudio. Además, tenemos bases de datos, libros y un montón de recursos que son difíciles de clasificar, porque son algo parecido a páginas de apuntes” cuenta Galán.
También quiso hacer hincapié en el servicio de préstamos interbibliotecarios e intercampus, es decir, a pesar de tener 13 sedes bibliotecarias en la región de Castilla-La Mancha, solo existe una central. Así, cualquier usuario que esté en Cuenca puede utilizar un libro que esté en Almadén o Toledo. “Por este sistema de intercampus lo que se hace es que el usuario solicita el libro que quiere obtener y por la valija interna de la universidad, ese libro estará a su disposición sin coste alguna en su biblioteca, en un periodo de 24 a 48 horas; mientras que los interbibliotecarios son aquellos libros que proceden de otras universidades ajenas a Castilla-La Mancha, ya sean de Madrid, Valencia o Francia. Este servicio si tiene un coste”.
Texto de Jennifer Bernal. Fotografía extraída del blog de Antonio Casado