
El flamenco profundamente vivo de Ángeles Toledano y la frescura de “Al Son de la Rumba” abren la programación de conciertos dobles de Estival Cuenca, estrenando el escenario estivalero del Paraninfo Universitario.
Nueve en punto del día eterno y mágico de San Juan. Luces del escenario apagadas, pero con el sol todavía entrando con fuerza por las puertas del Paraninfo. Naná y soleá profundas para abrir el alma. Largo vestido morado y diadema negra que recordaron al nazareno de espinas. Dolor profundo. Quizá cantamos nanas de determinada manera porque llevamos algo escrito en nuestro interior o quizá estos sonidos han ido pasando de generación en generación y de cultura en cultura a lo largo de milenios manteniéndose siempre vivos. Ángeles Toledano los asume como propios alejándose de la imitación y de la copia. Los susurra y los duele. Los hace presentes convirtiéndolos en herramienta de expresión de los sentimientos contemporáneos.
En su voz, el flamenco es un arte antiguo que se conserva vivo y que sigue siendo una lenguaje útil para expresarse en el siglo XXI. Algo hay de sentimiento “morentiano” en esta manera de sentir el flamenco añadiendo nuevas letras y nuevas miradas, pero estos ecos y otros muchos, no empañan la búsqueda personal y la expresión propia. Ángeles Toledano demuestra que el flamenco sigue siendo poderoso para expresar los sentimientos del ser humano contemporáneo, sus pesadillas y sus temores, también sus alegrías y su lucha por la vida, por seguir adelante pese a todo.
Tras una primera parte más íntima acompañada únicamente por la delicada guitarra del jovencísimo Benito Bernal, regresan las luces al escenario y es arropada por las palmas de los hermanos Gamero, Álvaro y Fernando, continuando con unas alegrías al Guadalquivir de letra propia. El público acabo seducido por la propuesta musical de Ángeles Toledano que armó una segunda parte llena de fuerza y rica en matices en la que no faltaron las seguidillas en las que tan bien se maneja, las tarantas y unas maravillosas bulerías con las que finalizó el recital a contraluz y sin micrófono.

Una voz por descubrir y disfrutar, pues aún con un gran prestigio dentro de los aficionados al flamenco, el trabajo de Ángeles Toledano no es fácilmente accesible para el gran público porque apenas podemos encontrar una grabación suya realizada para la banda sonora del cortometraje ‘Inexorable’ (Nana del Caballo Grande) y algunos vídeos en Youtube en su propio canal y en Andalucía Flamenco.
Antecediendo a Ángeles Valenciano, la alegría del trío de universitarios “Al Son de la Rumba” puso las primeras notas de fiesta a una edición festivalera en las que el público demostró desde el primer momento que tiene muchas ganas de volver a disfrutar de la música en directo.
Las grandes veladas flamencas son ya una seña de identidad de Estival Cuenca. Con un gusto exquisito en su programación, siempre ha conseguido incluir en su cartel voces flamencas de primer nivel, desde los intérpretes más clásicos a las propuestas más innovadoras. Un género que en esta edición tiene un papel más que destacado con la presencia en los próximos días de María José Llergo, Dorantes e Israel Fernández, dos de las propuestas flamencas más interesantes de la actualidad. Este último acompañado estará en el programa doble con la bailaora Virginia García que tanto está contribuyendo al conocimiento flamenco en la ciudad conquense.

Este artículo de José An. Montero se publicó el día 25 de junio en Las Noticias de Cuenca.