
El festival de Jazz de San Javier siempre merece un espacio aparte. Los días playeros de Julio, el reencuentro año tras año, el acogedor auditorio al aire libre del parque Almansa convierten este festival en un templo del disfrute jazzístico alejado de engolamientos puristas. Aquí no hay disimulos, ni postureos, aquí se disfruta del jazz y de la buena música, por extensión.
Desde horas antes, se respira ambiente de concierto en los alrededores, ambiente en las terrazas de los alrededores y desde mucho tiempo antes de comenzar van llegando los abonados armados de víveres y cojines, algunos de maravillosos cuadros Vichy, para hacer aún más acogedores los clásicos programas dobles del festival. Parada obligatoria es la cantina del auditorio para proveerse de cerveza fría, croquetas y empanadillas de pisto. No en vano el Festival de Jazz de San Javier está declarado desde 2018 Fiesta de Interés Turístico Nacional. Lo merece. Sin duda. (Leer artículo completo en Más Jazz Digital)
Texto de José An. Montero / Fotografías de María Ramos para Más Jazz Digital