Noheda de vinilo y sueños

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Esta entrada se publicó originariamente en El Día Digital, el 16 de abril de 2019.

Dejó dicho Freud en una de sus Conferencias de introducción al psicoanálisis que “no necesariamente los sueños diurnos son conscientes; existen también sueños diurnos inconscientes”. No sé muy bien si la exposición sobre la Villa Romana de Noheda en Cuenca es resultado de qué tipo de sueño, ni tampoco sé muy bien a quién pertenece. Pero sí que parece ser un anhelo la de incluir la Villa Romana de Noheda en la realidad de los mapas turísticos, como también están Ercávica y Valeria.

El despiste habitual me hizo dudar entre si debía pisar el mosaico romano que cubre el suelo de la Sala Iberia de Cuenca o si debía respetar al artista y circular bordeando la sala. Decidí observar a mis semejantes para imitar su comportamiento. Afortunadamente, la exposición está hecha para ser pisada y para tratar de sentir algo similar a lo que sintió su dueño al pasear por sus posesiones. Me sitúo frente a La Pantomima e imagino el mosaico original que ha pasado del enterramiento milenario a la prisión burocrática. Por obvio que resulte, siempre que nos encontramos frente a una reproducción, el simulacro de Jean Baudrillard flota en la mente. Y si la copia es demasiado perfecta, incluso nos produce la misma sensación que lo que en robótica Masahiro Mori llamó el “Valle Inquietante”.

[Img #325495]La reproducción del mosaico de Noheda está acompañada de media docena de vitrinas con algunas de las piezas escultóricas halladas en las excavaciones. En la primera de ellas encontramos una serie de piernas humanas talladas en mármol, como si fueran exvotos de un mundo que todavía se movía a pie por los caminos. Fragmentos humanos que desde la distancia podrían parecer de cera, como esos que se solían llevar al Santo Cristo de Priego para rogar por la curación de los males. Con cada paso que avanzan los investigadores hacia el conocimiento del mundo romano, más los bajamos del pedestal de la leyenda y más los acercamos a nosotros. En cada uno de estos pequeños hallazgos nos vamos sintiendo cada vez más parecidos y próximos como civilización. Antes de volver a la rutina diaria dedicamos unos segundos a preguntarnos en qué punto estamos, si a punto de que aparezca un César o a punto de que arda Roma.

La exposición ‘Noheda, la Imagen del Poder en la Antigüedad Tardía’ puede visitarse en la Sala Iberia de Cuenca hasta el 5 de junio de 2019. Está comisariada por Miguel Ángel Valero y organizada por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha en colaboración con la Universidad de Castilla La Mancha y el Centro Asociado de la UNED de Cuenca.

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