Lectura circular de cinco+1 exposiciones en el MUSAC con ruido de tacones al fondo

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Intento recordar lo que se ha quedado en mi memoria después de recorrer las cinco exposiciones (+1) que se pueden visitar actualmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC).

Me queda gente caminando hacia sí misma, al mismo tiempo que otros caminan huyendo. Un policía interroga a una mujer mientras en otro vídeo unas manos anónimas le limpian la cara al apóstol Santiago. En otro vídeo un artista que pinta panfletos postmodernos hace una supuesta crítica social dice que el cambia el rol del artista y la modelo porque no le dice cómo tiene que posar, sino que le dice que se ponga como quiera.

En otra sala una anciana afrocaribeña me habla desde una pantalla mientras que al lado se proyectan imágenes de su casa que si viéramos sin contexto nos remitirían a alguien cercano al síndrome de Diógenes que va acumulando los residuos. Lo que cambia es el sentido artístico que después los ordena, los pega y los cose de una decadencia brutal. También encontramos cristales pintados. Quizá el artista vino aquí a pintarlos y nos quedamos con la duda de si se conservarán la pintura u ordenarán a una contrata de limpieza sin alma eliminar cualquier vestigio de arte.

Lo más atractivo de la visita es observar el aburrimiento aparente de las vigilantes de sala y la desorientación de los que las visitamos, vamos de una sala a otra sin saber muy bien qué exposición estamos viendo. Hay un espejo pintado que sirve para que alguna de las escasas visitantes pase un rato entretenida haciéndose un moño. Menos mal que en algunas salas hay zonas para ver vídeo que sirven para descansar las piernas mientras se pone cara de intelectual observando las pantallas.

Me acuerdo que hay una máquina de escribir partida en mitad de una mesa partida por la mitad y sillas también partidas. A la máquina de escribir le faltan casi todas las teclas. Mantiene unas cuantas que forman la palabra traidores. Al lado hay una réplica táctil para invidentes. Esta versión no tiene máquina de escribir.

Muy cerca, al lado de una casa de gasa rosa transparente hay proyectado otro video, esta vez sin espacio para sentarse, lo que nos sitúa frente a los ojos de unas personas a tamaño real que desde su mente en off nos leen las cartas que escribieron a sus parientes lejanos en el espacio. Dos calles más allá en la rotonda había una pintada que decía «España para los españoles», como si supiéramos quienes somos los españoles a estas alturas.

Me acuerdo que a la entrada hay una maqueta de una plaza verde. En su interior unas figuritas blancas están ahorcando a otra personaje blanco. Me siento buscando las palabras para contar lo que recuerdo y saco de mi bolsillo unas fichas que cogí a la entrada en las que estaban escritas palabras ya olvidadas. Burdinalla, yubero, flabalicornio. Quizá cuando salga vuelva a abrir otro archivador buscando las palabras que me faltan.

No sé si cinco exposiciones mezcladas son demasiadas para cualquiera. Tampoco tengo el criterio suficiente para saber si hablamos de arte mayor o menor. Cómo casi todos me guío por los nombres conocidos y aquí no hay ninguno.

Mientras termino de escribir este texto sigo escuchando la voz del artista chileno, al lado un cuadro de un surfista da la bienvenida a una barcaza cargada de gente y pienso que quizá no sean de Kolda pero son igual de invisibles. Recuerdo está mañana temprano a unos machirulos sentados en la terraza del bar diciendo que encima que vienen les tenemos que pagar un sueldo para toda la vida. O quizá eso era un anuncio de Nescafé.

Vuelvo a la sala dedicada a Jessie y el Survival Art para copiar la frase de una de las vitrinas «No man’s land. La artista en ningún caso se hace responsable de su identidad, tanto en lo que respecta a su vida íntima como en lo que atañe a las observaciones sobre su obra.»

Ya me iba, pero al salir una puerta oscura en una esquina me lleva al laboratorio 987 y voy a dar a la proyección Patria y Patriarcado, donde un documental en pantalla gigante proyecta el documental «Putas. Un ensayo sobre la posteridad», en el que prostitutas sin cabeza van hablando de puteros, solitarios, miembros viriles, miedos, complejos, machos dominantes, máscaras y paraguas. Es raro sentarse a escuchar estás historias de cama. Gente que busca pasión o compasión. Confusión y soledad. «Prefiero que me eche un polvo a hablar, porque cuando estamos follando yo estoy pensando en qué voy a poner mañana de comer. Pero si tengo que hablar tengo que poner mi persona»

Es el momento de salir y que el sol ponga cada cosa en su sitio.

En estos momentos se pueden visitar en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla-León, las siguientes exposiciones:

  • Hessie. Survival Art (Arte de Supervivencia). Hasta el 14.10.2018
  • Juan Dávila. Pintura y Ambigüedad. Hasta el 18.11.2018
  • Refugio frente a la tormenta. Miradas al exilio desde la colección del MUSAC. Hasta el 18.11.2018
  • Núria Güell. Patria y Patriarcado. Hasta el 14.10.2018
  • Muchos caminos. Imágenes contemporáneas del Camino de Santiago. Muchos Caminos.
  • Marta PCampos. 1914-2014. Hasta 21.10.2018

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[…] Este artículo se publicó el 15 de agosto de 2018 en Espacies […]

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