Exposición Legado en Cuenca, para disfrutar de los Sauras

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Sobre el papel, esta exposición parece realizada para mantener la Casa Zavala abierta tras el fiasco que supuso para la ciudad el cierre de la Fundación Antonio Saura.
La propuesta expositiva lleva por título: «Legado. Piezas del patrimonio del Ayuntamiento de Cuenca», que no parece un título excesivamente llamativo, ni para atraer visitantes foráneos, ni para que los conquenses se acerquen a visitarla masivamente.

Las obras expuestas, salvo algunas escasas excepciones, no dejan de ser medianías sin mucho más interés que la curiosidad por conocer el patrimonio artístico del Ayuntamiento de Cuenca.

Aquí es donde empieza el disfrute de una exposición que, sin grandes nombres que atraigan a un público mayoritario, es una muestra atractiva, con un buen montaje, bien presentada y que hace un recorrido por el arte de los últimos siglos no desde el punto de vista de las obras maestras, sino de los estilos y las obras que en cada momento marcaban las modas.

Clasificada en cinco salas que van haciendo referencia a temáticas más que a cronologías, y acompañadas de unos buenos textos, van creando ambiente de cómo serían las clases más cultas de la ciudad. Sin buscar ansiosamente obras maestras, el visitante se deja llevar por los detalles, que son muchos y muy interesantes. Es inevitable imaginar historias tras esas joyas con las que juguetea la «dama musa de sí misma», o la sirvienta negra del marqués de Riánsares o los retratos doblemente anónimos (de modelo y de autor). Así vamos paladeando las salas y la mañana de domingo discurre plácida en este palacio provinciano, hasta que desembocamos en los restos de la obra de Saura que pudo ser y no fue. Potente, incisiva, genial.

La exposición Legado no termina ahí, pues resta el broche final, la proyección del documental «Cuenca» (1958) del genial Carlos Saura, que por sí sola bien vale esta exposición. Cuarenta y cuatro minutos de proyección hipnótica que recorre los pueblos de la provincia de Cuenca, de los mimbres a las eras, pasando por la tala de pinos en la Sierra, y que termina en una ciudad que va a cerrar la década de los cincuenta todavía vestida de pana labradora. Una Cuenca que desfila sus pasos al son de los clarines destemplados, que mira entre extrañada y asustada la cámara del cineasta y que, para agasajarlo, hizo desfilar a los gigantes por el puente de San Pablo. Un retrato de lo que fuimos y de lo que todavía somos.

Al salir de la proyección, no hay que dejar pasar el retrato de Federico Muelas, realizado por Fausto Culebras, pues Federico, con sus luces y sus sombras, fue el encargado de abrir la puerta de Cuenca a la modernidad cultural.  Una exposición que deja más poso de lo que prometía.

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Legado. Patrimonio artístico del Ayuntamiento de Cuenca.

Casa Zavala. Cuenca. Hasta el 18 de octubre de 2017

De Miércoles a sábado en horario de mañana y tarde, de 11 a 14 horas y de 17 a 20:30 horas, y el domingo en horario de mañanas, de 11 a 14:30 horas.

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