
La jueza barcelonesa Graciella Moreno combina su trabajo desde 2015 con la escritura, pues los tribunales le han llevado a escribir tres novelas negras: Juegos de la maldad, El bosque de los inocentes y Flor seca. La escritora ha participado un programa especial de radio realizado en las I Jornadas de Animación a la Lectura y Orientación académico-profesional, dentro del marco del 6º Encuentro de Novela Criminal ‘Las Casas Ahorcadas’. Ha llevado a cabo un Taller de investigación judicial de violencia de género, en el que ha explicado qué es un juicio real y cómo son las señales del delito, a partir de un caso verídico de violencia, concretamente a través de un niño que fue encontrado desangrándose con un corte en el cuello en un bosque. Este es el escenario que aparece en ‘Juegos de Maldad’, su primera novela. La protagonista principal es Sofía Valle, la jueza que lleva a cabo el caso que acaba de salir a la luz. Graciella explica que no tiene en común con Sofía, tan solo la profesión que ambas comparten. Sin embargo, sí que se asemeja con “el policía nacional que aparece también en las novelas, que es un señor más introspectivo”.
Antes de su profesión como jueza, su gran pasión ya era la escritura criminal, aunque considera que “nunca se piensa en escribir novela criminal, porque primero se empiezan escribiendo las historias que son necesaria y te salen desde dentro”. Sus referentes literarios, desde pequeña, han sido Sherlock Holmes o Agatha Christie, así como el género de terror. A la hora de buscar información para dar forma a sus novelas, asegura que lo tiene relativamente fácil pues desde su profesión puede “preguntar a Mossos d’ Escuadra, Guardias Civiles, Policía Nacional o forenses”.

La escritora tiene claro que “la realidad supera la ficción” en sus novelas. Comenta que “incluso cuando escribes ficción tienes que rebajar esas dosis de ficción porque hay gente que te dice que lo que estás escribiendo te lo estás inventando. Pero la realidad es otra, las cosas pasan y se están viendo diariamente”. Por su parte, el género negro normalmente está destinado a hombres. Graciella explica que no hay una limitación, pero “hay una norma no escrita de algo que la gente ni siquiera es consciente y es que se lee a más hombres que a mujeres. Hay muy pocas lecturas a escritoras de novela negra, por el hecho de que el escritor hombre es siempre más famoso y suele tener más trayectoria. Siempre leemos a los mismos y cuesta apostar por los nuevos talentos”.
Sus próximos proyectos estarán centrados en la mafia bielorrusia y la vida de una mujer en los años 60 en Barcelona, aunque esta será una novela más íntima. Sin duda, trabajar como jueza le ha llevado a “entender los problemas de la gente”. Su intriga diaria por su trabajo, después de tantos años dedicándose a esta profesión, le ha llevado a pensar ¿por qué la gente hace estas cosas”. No interesa tanto quién ha sido, ni qué herramientas ha utilizado, sino más bien el por qué. Esto es lo que Graciella intenta explicar en sus novelas.
Texto de Jennifer Bernal y Juan Jesús Rubio Parra.