Esta crónica de Vanesa Moreno y fotos de Marta Feiner se publicó en Las Noticias el 2 de julio de 2019

Las hoces del Huécar siguen pidiendo a gritos que la música retumbe en ellas, siguen rezando para que El Parador se ilumine con las luces del escenario y se llene de gente alegre, sin más preocupación que bailar al son del ritmo que marcan los músicos protagonistas. De nuevo, Estival Cuenca invade la plaza de El Parador de Cuenca, esta vez con Heritage y DePedro en el cartel. Aún con las últimas luces de la tarde sobre el Escenario Solán de Cabras, los conquenses-caboverdianos Heritage encendían los motores para otra noche legendaria en el verano de Cuenca. Un halo de bossanova se iba apoderando del público recién llegado. Algunos pasaron directamente por la barra para recuperar fuerzas a base de cerveza y pinchos tras subir la larga cuesta que lleva al paraje. Otros, los más precavidos, corrieron a coger asiento antes de quedarse sin uno, porque no había sillas para tanto público.
Todo parecía marchar bien, el cielo amarillo que cubría Cuenca no parecía ser enemigo de la música, hasta que contraatacó. La lluvia puede parecer el desencadenante de un fracaso inminente, pero lo cierto es que en Estival Cuenca están acostumbrados a su presencia; tanto que algunos, más que fracaso, lo pueden llegar a considerar acierto, porque brinda los conciertos más diferentes y anecdóticos. Los chicos de DePedro dijeron que no, que no iban a marcharse de Cuenca sin dejar huella, que querían que el Huécar escuchara su música.
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