
Hace setenta años que comenzó una trágica histórica entre dos naciones que han sustituido las palabras por armas , el respeto por rencor, la convivencia por miradas llenas de odio y el sentimiento del amor por sangre. Guerras que han creado heridas que nunca van a cicatrizar, porque cada uno de los bandos está tirando de un lado de la piel. Una piel cada vez más desgarrada.
Enfrentamientos sin fin, que dejarán miles de secuelas entre niños y adultos, mujeres y hombres, judíos y árabes. Pero sobre todo en nuestra historia, llegando a crear que un pacto de paz entre ambos se convierta en algo imposible.
Esto es exactamente lo que ocurre entre el Estado de Palestina y el de Israel, cuyo enfrentamiento ha creado que millones de personas se hayan visto forzadas a abandonar sus hogares, familiares y amigos. Los periódicos los resumen en cifras, pero nosotras hemos querido ir más allá queriendo conocer sus nombres, es decir, saber más de ellos, sobre sus circunstancias y lo que esperan del futuro. Así hemos conocido el caso de una joven que nos ha relatado de primera mano, todas las transformaciones que ha sufrido su vida, desde que abandonó Gaza.
Ella es Hala, una joven de veinticinco años de origen palestino, que reside actualmente en nuestro país, concretamente en Madrid, ya que lleva en España alrededor de ocho años, debido a que se vio en la obligación de abandonar hace once años su país natal por los enfrentamientos que llevaba a cabo el partido político de Hamás contra el territorio de Israel. Primero pasó por Argelia, pero pronto tuvo que salir, una vez más, en busca de una vida mejor. La siguiente dirección fue hacia Europa siendo el destino más favorable España. País donde actualmente, se encuentra con parte de su familia, debido a que tuvieron que repartirse por el continente europeo para buscar así una recompensa mayor.
Nos confiesa que nuestro país siempre suele simpatizar con el pueblo palestino, llevando a cabo incluso manifestaciones, como la que se pronunció el día 11 de noviembre de 2018, de la que ella hizo presencia y se sintió agradecida. Aunque, por lo contrario, también fuimos testigos de como nos contó la ignorancia que hoy en día se sigue dando en nuestro país, por parte de muchos ciudadanos, sobre este conflicto que tantos años lleva abierto.
Hala ha querido contarnos como tuvo que huir de aquella horrible situación, tras conseguir la aprobación por parte de los egipcios y palestinos, ya que son ellos los encargados de controlar las salidas y entradas a Palestina. Después de haber pasado por una serie de circunstancias terribles como lo fue el observar al grupo Hamás, mientras acababa con la vida de tantas personas, tanto israelís como palestinos, o aquellos que tenían la humanidad de acoger y ocultar a personas en su casa para ayudarles a salvar sus vidas, sabiendo aun así que en cualquier momento podían invadidos o asesinados. Aunque, la más horrible y traumático para ella era presenciar la muerte de un amigo suyo, que ejercía de soldado, por una bala desde el balcón de su casa.
A la pregunta de si le gustaría volver a su país de origen la respuesta fue un rotundo sí, un país el cual anhela, pero a la misma vez teme por el estado actual en el que se encuentra. También nos confesó a la vez el sentimiento aferrado que siente con nuestro país, este país que le dio la oportunidad de conocer una vida mejor, aunque no del todo, ya que actualmente sigue existiendo una distinción con la que muchos luchamos día a día para hacer de este mundo un lugar más justo, porque estando en el año 2018 las personas aún se dividen en primera categoría y segunda.
Nos contó cuales son las terribles desventajas que sufre por ser simplemente una refugiada, como es la de no poder entrar en muchos de los países árabes, ya que estos no aceptan el pasaporte palestino, y como ella sufrió esa consecuencia y tuvo que llevar a cabo un largo y duro proceso para poder visitar a su hermana, que se encontraba en el Reino de Bahrein, a quien no veía desde hacía años.
En España actualmente existen residencias donde acogen a todos esos refugiados y donde obtienen un pasaporte, pero el cual solo sirve para países europeos, limitándoles entonces el resto de los lugares. Y también el tema de la educación, el cual podemos observar con el caso de Hala, quien se encuentra estudiando una carrera universitaria que ella no a elegido ya que supuestamente no tiene el mismo derecho que los estudiantes españoles, por lo tanto, se tiene que conformar con las plazas vacantes.
Con ella hemos aprendido que muchos de los palestinos no le temen a nada después de haber presenciado situaciones como las que Hala tuvo que vivir desde muy joven y un
claro ejemplo es el de Ahed Tamimi, la adolescente palestina arrestada por el Estado Israelí tras propinarle una bofetada a un soldado perteneciente a ese ejército, aunque hay que añadir, como nos comentó Hala, que Ahed no es la única prisionera menor en cárceles israelíes. A pesar de ello, todos los palestinos intentan permanecen unidos en estos momentos tan difíciles en los que se encuentran, para lograr así acabar con este enfrentamiento.
Esta experiencia nos ha servido para comprobar de primera mano y sin tapaderas, una parte de lo que realmente está pasando en ese lugar ubicado en el Levante Mediterráneo, haciendo frontera con Jordania y Egipto a la vez que sus costas son bañadas por el Mar Mediterráneo.
Para concluir, con todo lo contado queremos que esto se conozca, ellos quieren y necesitan saber porque no pueden elegir un destino sin que se les prive de otros muchos, cual es el motivo de no poder estudiar lo que realmente siempre han querido o simplemente saber porque existen tantas distinciones únicamente por el hecho de haber nacido en un país el cual no elegimos, si no que nos toca. Hoy nos pronunciamos para que todos seamos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, para darnos cuenta de que hoy son unos y mañana podemos ser nosotros y que todos unidos colaboremos para hacer un mundo más justo, igualitario y lleno de paz.
Texto realizado por: Lydia García y Sukaina Benomar / Edición de la foto: Alex Basha.