
Los invisibles de Kolda es un libro de José Naranjo que es un periodista trabaja para el país muchas veces y él descubrió esa historia en Senegal. Nosotros estuvimos ahí hace unos cuatro o cinco años, estuvimos justamente en esa zona de Senegal y nos encontramos con él. Nos lo presentaron y nos contó la historia del libro que había sacado que es de una patera que salió de Kolda hacia Canarias, que está justo enfrente casi y desapareció totalmente, ni las autoridades españolas ni las senegalesas dieron cuenta ni nada.
Entonces de repente en esa zona resulta que esa estaba llena de todos los jóvenes de cola y es una zona en la que desapareció toda una generación de gente joven y claro era una historia brutal. Él estuvo investigando, hablando con las madres, era una historia muy potente no es y entonces pues hicimos esa canción inspirados en esa historia.
Tiene las semillas, lo que hacemos es recoger una parte de una canción tradicional, a lo mejor un estribillo o una frase y el resto hacerlo nuevo. El estribillo es “que vaya, que vaya, que vaya con una criba al río a cribar el agua”, esa es tradicional. Nosotros también le pusimos ahí el sonido de la semilla con los cedazos, que es cómo se contaba el mar. Cuenca aquí la gente mayor en Castilla, que para los niños y para la gente que no había conocido el mar, con la criba y las semillas hacían el sonido del mar en los relatos alrededor de la hoguera. Es una forma también de conectar el mundo de tierra adentro con el mar y con esa idea de la inmigración