Gusli: el más antiguo instrumento musical de Rusia

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Gusli fabricado por Maxim Stepanov, fundador del taller «Гусли и Струны», Moscú, Rusia. gusliistruny.ru

Érase la mañana de un día cualquiera en un paraje remoto de la antigua Rusia. Los aldeanos se levantan con el alba para iniciar una nueva jornada. Ancianos transmitiendo sabiduría a los niños a través de cuentos, mujeres dedicadas a las actividades artesanales, jóvenes internándose en los bosques para talar madera y en medio de toda esa energía la música del gusli regocijando a todo un pueblo.

Gusli es un instrumento musical de cuerda que, según diferentes fuentes, surgió hace miles de años en el territorio de la actual Rusia. El origen exacto del gusli sigue siendo un tema de debate. Entre las fuentes disponibles más antiguas que hablan sobre el gusli destacan los registros de historiadores griegos como Teofilacto Simocatta de finales del siglo VI d.c. Aquí, se narra episodios de una guerra donde los griegos tomaron como prisioneros a eslavos, entre cuyas pertenencias hallaron un instrumento musical llamado gusli.

En diversas etapas de la historia de Rusia irrumpieron manifestaciones culturales que echaron raíces en los pueblos que la conformaron. Los libros de historia rusa y universal de la educación básica regular no incluyen mucha información sobre la civilización eslava y su cultura. Pero se puede enlazar con este conocimiento a través de libros antiguos, manuscritos, inscripciones en objetos antiguos, restos arqueológicos, relatos orales y algunos escasos documentales financiados con dinero recolectado del pueblo.

Es posible hallar las notas del gusli en obras de la antigua Rusia como la saga épica “Sadko”, la obra anónima de la literatura eslava “El Cantar de las huestes de Ígor” o la bylina “Dobrynya Nikítich”. Las personas que dominaban este instrumento siempre gozaron de gran respeto y fueron considerados como los visitantes mejor apreciados debido a que el gusli ha tenido influencia hipnótica en los sentimientos, provocando risas y lágrimas.

Las fiestas principescas y boyardas, bodas y ceremonias de vigilia, jolgorio pagano y actuaciones de los skomorokh, desde la antigüedad, estuvieron acompañados por la música original del gusli. Los poetas glorificaron esta música en sus poemas y los pintores las reflejaron en sus obras artísticas. En el cine el sonido emitido por el gusli se empleó en decoraciones musicales vinculadas a la belleza de la naturaleza rusa.

El timbre suave, rico y destellante del instrumento crea una sensación de paz y tranquilidad. El gusli sonaba por todas partes: en cabañas campesinas, en plazas de mercado y en cámaras zaristas. Entre la variedad de tipos de instrumentos, los más comunes fueron en forma de ala, de casco y trapezoide. Con el tiempo el cuerpo del instrumento experimentó cambios de diseño así como la tecnología, materiales utilizados en el procesamiento y barnizado; y en el acabado decorativo.

En el siglo IX, los eslavos que tocaban este instrumento agradaron gratamente a los reyes bizantinos. En ese momento, el instrumento estuvo hecho de tablas de arce seco o abeto. El sonido del gusli era fuerte y al mismo tiempo fino. Los músicos tocaban sentados en algo sólido. El instrumento se colocaba en las rodillas con una ligera inclinación. En ocasiones algunos tocaban a pie e incluso bailando mientras sacaban canciones.

Olga Glazova tocando gusli

En la actualidad no existen grandes fábricas de producción del gusli. Solo hay pequeños talleres creados en algunas aldeas por gente que atesora sus raíces. Por eso mismo, cada pieza fabricada constituye un modelo único. Al respecto, trae a colación la historia del más importante taller artesanal de producción en serie del gusli en la aldea Pushkino, cerca de Tver, Rusia.

Un reportaje transmitido por la televisión rusa denominado “Mundo Gusli” narra la historia del primer taller artesanal de producción en serie del Gusli. La iniciativa para rescatar este instrumento le corresponde a Sergei Gorchakov. Nacido en San Petersburgo, Gorchakov gestó un plan para reunir a jóvenes que, más allá de dedicarse a una actividad que le garantizara unos ingresos, valoraron la posibilidad de contribuir a que un instrumento milenario este a disposición de todos. El colectivo comenzó a trabajar con ahínco y poco a poco se ganó el respeto del pueblo. Lamentablemente y por razones desconocidas, el taller fue incendiado por completo sin que nadie tuviera tiempo de salvar los instrumentos, herramientas, moldes y demás accesorios de las llamas. De la noche a la mañana un almacén con instrumentos listos para ser utilizados se convirtió en cenizas.

Sergei Gorchakov en su taller

Y entonces tuvo lugar un milagro: la gente no quería perder el «Mundo Gusli» y se organizó para recaudar fondos. Se celebraron conciertos benéficos, desde otras regiones del país llegaron diferentes muestras de apoyo, etc. El taller renació de los escombros gracias a la solidaridad de muchos compatriotas de Sergei identificados con la cultura ancestral de Rusia. Fue así que prendió más que nunca el “fuego vivo” del gusli, como Sergei llama a la música de este instrumento.

Por otra parte, un acontecimiento relevante sucedió en San Petersburgo, considerada la capital mundial de la cultura gusli, cuando en 2006 se formó el “Club Petersburgués de Músicos del Gusli”. El objetivo principal de esta organización es la divulgación activa del instrumento, el estudio, conservación y desarrollo de las habilidades interpretativas.

Egor Strelnikov con gusli de diferentes formas

En la actualidad diversos grupos y músicos solistas se dedican a divulgar el gusli en diferentes regiones de Rusia. Dos figuras destacadas que rinden tributo a este ancestral instrumento son Olga Glazova e Egor Strelnikov. Sus composiciones nos llevan a los orígenes de la civilización eslava cautivando la atención del público contemporáneo.

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